Marcos había notado que últimamente entrecerraba los ojos cada vez que leía los subtítulos de una serie. Le dolía la cabeza después de estar frente a la computadora por un par de horas y ya no distinguía tan fácilmente los letreros en la calle. “¿Será la edad o simplemente necesito lentes?”, se preguntaba.
Aunque a muchos nos cuesta aceptar que nuestra vista está cambiando, hay señales claras que indican cuándo es momento de acudir al optometrista. Y no, no hace falta ser experto para detectarlas. Aquí te contamos todo.
¿Cuáles son las señales más comunes de que necesitas lentes?
Tu cuerpo te habla. Solo hay que aprender a escucharlo. Algunas señales evidentes son:
- Visión borrosa, de cerca o de lejos
- Dolores de cabeza frecuentes, sobre todo después de leer o usar pantallas
- Fatiga ocular
- Dificultad para ver de noche
- Entrecerrar los ojos para enfocar
- Sensibilidad a la luz o deslumbramiento
Si identificas varias de estas señales, puede que tu vista necesite apoyo. Así como te preguntarías cómo saber si tengo anemia ante síntomas como fatiga constante, en este caso tu visión está pidiendo ayuda.
¿Cómo saber si tu problema es de cerca o de lejos?
No todos los problemas visuales son iguales. Aquí una breve guía:
- Miopía: dificultad para ver de lejos. Te cuesta distinguir letreros o caras a distancia.
- Hipermetropía: dificultad para ver de cerca. Leer o usar el celular te causa cansancio.
- Astigmatismo: distorsión o visión borrosa en cualquier distancia.
- Presbicia: vista cansada que aparece con la edad, especialmente al leer.
Así como hay personas que buscan cómo saber si están ovulando para entender mejor su cuerpo, también es necesario observar cómo y cuándo la vista falla.
¿Cuándo deberías hacerte un examen visual?
Muchos esperan a ver borroso para ir al optometrista, pero lo ideal es hacerse un examen cada año. Especialmente si:
- Pasas mucho tiempo frente a una pantalla
- Has tenido cambios hormonales (embarazo, menopausia, etc.)
- Tienes antecedentes familiares de problemas visuales
- Notas cambios, aunque sean sutiles
Esto se parece a cómo saber si tengo diabetes: muchas veces los síntomas son sutiles, pero constantes.
¿Qué pasa si no usas lentes cuando los necesitas?
Ignorar el problema puede empeorarlo. Forzar la vista genera más fatiga, afecta tu rendimiento laboral, disminuye tu calidad de sueño y puede provocar migrañas. Además, aumenta el riesgo de accidentes, especialmente al manejar.
Tener claridad visual es tan básico como saber cómo saber si mi teléfono está intervenido: si algo se siente mal o fuera de lugar, no lo ignores.
¿Y si el problema no es visual sino neurológico o emocional?
Algunas veces los síntomas pueden confundirse. Por ejemplo, si sientes visión borrosa pero también tristeza o falta de energía, tal vez valga la pena revisar cómo saber si tengo depresión. Lo importante es hacer una revisión completa antes de asumir que son solo “ojos cansados”.
¿Cómo elegir los lentes correctos?
- Consulta a un optometrista: nunca compres lentes en el súper sin graduación profesional.
- Elige el tipo de lentes según tu estilo de vida: lectura, manejo, uso de computadora, etc.
- Asegúrate de que el armazón sea cómodo y ligero.
- Considera lentes con filtro azul si estás mucho frente a pantallas.
Así como uno aprende cómo saber si un perfume es original observando cada detalle, lo mismo aplica para los lentes: deben ser precisos, útiles y de calidad.
Preguntas frecuentes
¿Los lentes dañan más la vista si los uso sin necesitarlos?
No. Si están bien graduados, no hacen daño. Si no los necesitas, simplemente no corrigen nada.
¿Puedo acostumbrarme a ver mal sin darme cuenta?
Sí. Muchas personas se adaptan sin notarlo hasta que la situación es crítica.
¿Qué pasa si solo uso lentes de descanso sin receta?
Pueden aliviar el cansancio, pero no corrigen problemas reales. No sustituyen a una evaluación profesional.
¿Cada cuánto debo revisar mi vista?
Al menos una vez al año, o antes si notas cambios.

Soy licenciado en sociología amante de la investigación y el análisis de la situación laboral en México. Tengo experiencia como empleado y como empleador y puede resultar difícil estar en alguno de los dos bandos. Crítico literario diletante que en algún momento quiere ser consumado.
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